Acechan ya desde las catacumbas los hijos bastardos del Papa de Roma, dispuestos a profanar y a reventar todo aquello en lo que se asienta la orden de la Santa Calavera. Santa Calavera corrupta, que cegada por los designios del capital, trae el hambre, la peste, la guerra y la codicia disfrazada con sotanas, tricornios, despachos de lujo, nuevas generaciones de putos barbudos, botas militares despedazando a gente inocente y el orden establecido de togas, trajes de etiqueta, crucifijos pederastas y motoristas vestidas de Dior.
Todo este supuesto estado de bienestar va a saltar por los aires muy pronto. Ha llegado el momento de los verdaderos disturbios y altercados, y estos no se limitarán solo a la puta primavera, traerán el más duro de los inviernos. Todas estas alimañas, que están muy cerca vuestro, y que esperan para despedazaros, tienen el alma podrida y el corazón intoxicado, no tienen raza ni patria; solo quieren vivir o morir, pero no subsistir en semejante pozo de desidia. Son carne cruda de metal que os prenderá de vuestros órganos desde el último mástil para abrasar vuestras vergüenzas, ¡miserables!
Este ejercicio indisciplinado cuya sed de venganza rebasará vuestros muros de la vergüenza, ejércitos de cipayos despechados y drones ciegos, va cargado con la rabia y la bilis de las bestias que ya no tienen nada que perder, con la detonación seca del frío metal y la hoja desgarradora de una sierra. Resetearon sus mentes ante tantos desmanes e injusticias y ahora, con la química más agresiva enraizada en sus carnes, lucharán encarnizadamente y se convertirán, M. y demás calaña, en vuestra puta sombra para que ya no sintáis nunca la calidez del sol. Orgullo en la derrota; antes llevaros por delante que volver a ver vuestra caras en cualquier vomitivo telediario otra vez.
Rat-Zinger, dispara primero, canta después… ¿para qué debatir, matizar, reflexionar… cuando todo está ya tan jodido y no hay visos de esperanza? Solo queda tirar adelante a lo bonzo. Así son los 12 nuevos cañonazos de esta banda de hijos de perra del gran Bilbao: tralleros, guitarreros e hirientes. Con un pie ya encajado en el hardcore-punk de zapatilla sin concesiones (‘Santa Calavera’, ‘Ya no quedan días de gloria’, ‘Verbodecer’…); teniendo siempre presente al gran Lemmy (‘Toda forma de poder’, ‘Golpeando al hombre muerto’…) tanto en actitud como en registro vocal; rozando la contundencia y precisión de las bandas pre-industriales (‘Antimental’) y reivindicando, además, grandes bandas desconocidas como Tromatism, rozando el yunque del metal menos noble con ‘Tu pasajero’ o combinando tralla con cambios de ritmos (‘Más allá del límite’). Pero nunca, nunca olvidan su origen, su gente, la calle y se adentran sin contemplaciones en el rock callejero tal como lo hicieran Quemando Ruedas, Porco Bravo y demás calaña amiga (‘Tú ya no eres él’, ‘No hay mañana’ y sobre todo ‘Mil penas’) y dedicarles la última alegoría con ‘Indestructibles’. Rest in Peace. No respires,
no hay otra.
Texto: Iker Barandiaran