TEXAS
Comenzaron a sonar hace más de diez años. Su ya clásico I don´t want a lover fue un auténtico bombazo. Casi tanto como la aparición en escena de su cantante, la impresionante Sharleen Spitteri que, por aquel entonces, acababa de cumplir 22 años.
Con su aspecto de chicazo descuidado, la joven escocesa dejó pasmados a todos. Y es que la combinación era irresistible: un físico de top model más un vozarrón de alucinar. Una década después, Texas se ha convertido en uno de los grupos imprescindibles del panorama musical.
Pero esto no quiere decir que se hayan dormido en los laureles. Todo lo contrario. En dos años, los chicos de Glasgow han sacado a la venta dos trabajos en los que queda patente su evolución. Su música camina hacia terrenos más cálidos -con influencia de Roxy Music-, exuberantes y sensuales. Es decir, a imagen y semejanza de la guapa Sharleen.