MANOLO KABEZABOLO
Recuerdo que hace unos 5 años, cuando las discográficas decidieron apoyar a una nueva hornada de cantautores, el preferido de mi panda de amigos tenía muy poco que ver con ellos. Le habíamos conocido a través de un cinta de quinta mano, contenía un puñado de canciones grabadas en directo en un bar, con una letras llenas de chispa, pero con un contenido musical bastante pobre, además de unas frases antológicas : “…no veo ni el micrónofo…” y “…¡camarero !, ponme una caña aunque sea…”. La cinta venía acompañada de la leyenda : drogadicto, residente en un psiquiátrico… También de historias, como la que situaba a Manolo actuando en el bar “La Colmena”, en la calle Pizarro de Salamanca, donde los vecinos hartos de aguantar “las nochecitas” que punkis y aficionados al rock duro les daban, abortaron el concierto llamando a la policía. Según muchos, aquella maqueta que grabara un colega, en su Zaragoza natal, alcanzó alrededor de las 2000 copias entre las vendidas y las pirateadas. En el 96 Gor le edita su primer disco “profesional”, “¡Ya hera ora !”, donde se recogían muchas de las canciones de la maqueta, en el mismo plan… Manolo soltando sus letras acompañado de su guitarra, ahora eléctrica, antes acústica. El disco salió con 30 temas, pero la denuncia de las discográficas, pues varios temas eran versiones de temas conocidos, hizo que se tuvieran que retirar las copias y reeditarlo, desapareciendo 7 temas. Aquel primer disco fue un boom, se vendió bastante bien y Manolo dio muchísimos conciertos durante el verano del 96. Se presentaba solo con sus canciones y dependiendo del día estaba gracioso, inspirado, o en ocasiones (como la que yo padecí) horrible. Aquello pedía a gritos una banda para que fuera sostenible… Y Manolo se dio por aludido, formando “Los ke se van del Bolo”, un proyecto de banda de acompañamiento que ha ido variando su formación hasta la actualidad, pero que ya le sitúa en un proyecto serio. Todo le sirvió también para colaborar con un montón de grupos que fijaron más en la esencia de Manolo, que en sus defectos. Aquí hay que citar nombres como “El Oso Yonki”, “Boikot”, “Los Discípulos de Otilia” y a los más conocidos “Albert Pla” y sus ídolos “M.C.D.”. También hay que citar las versiones, con “Pleasure Fuckers”, revisando “Un Papel Morao”, Psilicón Flesh que en algún concierto interpretó algún tema de Manolo y muchísima gente, que a altas horas de la madrugada nos dedicamos a dar nuestra peculiar versión de sus canciones. En el 97 edita “La Nueva Mayoría”, acompañado ya por el nuevo grupo, y dedicado a nuestro amado presidente. Con los recuerdos musicales puestos en “La Polla Records”, “M.C.D.”, “Sex Pistols” y otros grupos punkys ; y con la vista en esta maravillosa sociedad en que vivimos, el artista desgranó sus poesías, para sacar brillo a las flores que el gobierno de Josemari estaba plantando en nuestros corazones. Con la edición de esta grabación la fiebre “Manolo Kabezabolo” se normaliza, pero desmintiendo a muchos agoreros, no desaparece sino que actúa con asiduidad dentro del circuito underground. Pero Manolo, por si alguien no se había dado cuenta, no es un tirado estúpido con suerte, sino que sus rudas canciones son el fiel reflejo de su realidad y por ello avanza. Defiende las drogas, pero no cae al pozo, y diversifica su actividad, impulsando el fanzine “D’empalmada y pufo ! ! !”, ejerciendo de promotor para grupos como “Kalean” y componiendo nuevos temas. Además navega por Internet y ¡¡lee La Factoría del Ritmo ! ! . En los principios del 99 edita “Resina, Agua y Ajo”, otro compendio de temas crudos, de estructuras punks, de letras combativas, donde destilar su filosofía, que el define como “…digo lo que mucha gente piensa, pero no se atreven a decir…”. En la actualidad sigue actuando y viviendo a su modo, si queréis saber más sobre él,