LOS RECONOCES
Los comienzos no son fáciles… y más cuando duran 10 años. Te dejas la poca vida que te queda después del curro por la música con la certeza de que no vas a recibir nada a cambio, tan sólo cierta satisfacción a la hora de hacer canciones, grabarlas y tocar en directo.
Sigues adelante porque no hay otra manera de hacerlo. Confías en lo que haces y apuestas, sigues tocando, componiendo y grabando… un buen día decides que hay que hacer un disco con o sin ayuda porque no vas ni pa lante ni patrás. Ganas varios concursos (Fiestas de Hortaleza 1999, Yamaha, Rivas Vaciamadrid, etc…) y con los conciertos vas sacando para sacar el primero y hablas con un tal Michel (Canallas) que nos apalabra un estudio. El sonido no es muy bueno y para que engañarnos, uno ha aprendido a hacerlo mejor, pero las canciones nos molan y la banda empieza a moverse por ahí.
Con el tiempo el mismo Michel nos propone grabar el Segunda Impresión compartiendo gastos para sacarlo con su sello El Coyote y nos vamos a Granada a registrarlo. Eso es en noviembre de 2002. Despacito y con buena letra. Tus compañeros de grupo se casan, incluso, tienen hijos, se separaran, se vuelven a juntar… porque eso es ley de vida pero siguen adelante junto a ti.
Después de tanto tiempo empiezas a componer a gusto, compenetrado con el resto de la banda, todo suena mejor y crees hacer mejores canciones que las anteriores y vuelves a remover tierra, mar y aire para grabar, editar un disco y tocar. El dinero sigue siendo algo secundario, la gloria es que te escuchen y te valoren. La pasta es algo complementario pero es lo único que puede permitir dedicarte a la música sin tener que currar 8 horas en una oficina, lo que por ahora es una utopía.
Después de tanto tiempo te exiges cada vez más, incluso empiezas a estudiar para tocar mejor, echas aún más horas que antes, dejas de irte de vacaciones por no tirar ningún bolo, todo gira en torno al grupo y a sus historias. Sales de concierto haciendo muchas concesiones, al principio por lo que sea y luego pidiendo unas condiciones mínimas que permitan hacer un concierto digno, aprendes de los errores y aprendes a convivir con tus compañeros de grupo, aprendes geografía y tragas muchos kilómetros al volante de la furgoneta.
Cuando llegas a este punto sacas pecho cada vez que hablas de tu grupo, haces lo imposible para promocionarlo y sigues adelante porque sabes que si no vendes más discos no es por la calidad musical, sino porque hay una barrera entre el grupo y el gran público que sólo se salta o con montañas de dinero o escalando muy despacito para no darte la gran hostia. Quizás sea orgullo, o simplemente que la personalidad se ha ido haciendo más fuerte pero el hecho es que ya no haces ningún caso a los comentarios ajenos de cómo tienes que tocar; ni de la gente más cercana ni de aquellos que son desconocidos. Se recogen las distintas opiniones de la gente pero sólo atiendes a los otros miembros del grupo y a tu propio criterio.
Escalando estamos; hay veces que te ayudan, otras te pisan los muñones y te escupen en las cuencas después de arrancarte los ojos… lo importante es seguir poco a poco trabajando, tocando y componiendo; dónde vamos es algo que sólo lo dirá el tiempo, por ahora lo importante es sacar este tercer disco, que las canciones suenen bien, que las letras sean buenas y que podamos tocar en directo que es dónde se ve si un grupo funciona.
“Lo importante no es llegar, lo que importa es el camino, y encontrar lo humano en lo divino”
Los Reconoces.